Futbol femenino, streaming y el desafío pendiente de la TV abierta

El artículo analiza cómo la transmisión en streaming del clásico femenino entre Colo Colo y Universidad de Chile alcanzó cifras de audiencia comparables a la TV abierta, evidenciando el potencial del fútbol femenino como contenido atractivo y diferenciador. Se destaca la necesidad de mayor flexibilidad en la televisión tradicional, donde la programación cultural suele repetirse en formatos similares, frente a una apuesta innovadora que convoca a nuevas audiencias.

Rodrigo Flores Alonso

9/16/20252 min read

Fútbol femenino, streaming y el desafío pendiente de la TV abierta

Tuve la oportunidad de conocer el mundo de las transmisiones en vivo con nuevas tecnologías cuando fui director del Canal de Deportes Olímpicos. Allí comprobé que es posible innovar y entregar eventos deportivos con gran calidad técnica, a un costo razonable y con la capacidad de atraer audiencias diversas. Esa experiencia volvió a hacerse evidente en la reciente transmisión del clásico femenino entre Colo Colo —equipo puntero e invicto— y Universidad de Chile, su escolta en la tabla.

Como casa productora, realizamos la cobertura del partido con nueve cámaras y altos estándares técnicos. El resultado: más de 355 mil visualizaciones en streaming. Si comparamos, ese nivel de audiencia es equivalente a cerca de 3 puntos de rating personas, un alcance similar al que obtuvieron algunos de los programas más vistos en la TV abierta en la misma franja. Por ejemplo, la tarde del 15 de junio TVN promedió 3,2 puntos, Canal 13 llegó a 4,3, Mega a 4,5 y CHV lideró con 5,3. Dicho en simple: el partido de fútbol femenino en streaming compitió de igual a igual con la televisión tradicional en términos de alcance, a un costo de producción significativamente más bajo.

El dato es aún más revelador si lo contrastamos con el tipo de contenido que hoy domina la programación cultural y de entretención en esa franja horaria. La mayoría de los programas siguen un patrón similar: una celebridad o periodista recorre regiones para destacar la gastronomía, las costumbres y la identidad local. Formatos valiosos, sin duda, pero que en muchos casos resultan difíciles de diferenciar entre sí y carecen de elementos distintivos para generar eventos televisivos. Frente a esa oferta repetida, la transmisión de un clásico del fútbol femenino representa una apuesta distinta, capaz de convocar a nuevas audiencias y renovar la pantalla con frescura y pertinencia social.

El partido fue ofrecido a los canales de televisión abierta, pero decidieron no transmitirlo. Su argumento principal: la falta de “volumen” de encuentros para sostener un hábito programático. Sin embargo, esta lógica desconoce cómo se comportan hoy las audiencias. Hace tiempo que dejaron de depender de la rigidez de la parrilla y se mueven por el interés en contenidos específicos. En tiempos líquidos y poco estructurados, los públicos buscan y encuentran aquello que les importa, y lo hacen en plataformas flexibles.

Más que ausencia de datos —porque las métricas están disponibles y son contundentes— lo que falta es flexibilidad. Flexibilidad para reconocer que un evento único puede generar cifras de audiencia comparables a los líderes de la TV abierta. Flexibilidad para ver que el fútbol femenino no es un contenido de nicho, sino una oportunidad concreta para atraer y fidelizar a nuevas audiencias, especialmente jóvenes y digitales, que perciben la televisión como un medio antiguo.

El desafío es claro: o la televisión abierta se adapta a esta lógica de consumo y diversifica su oferta con apuestas innovadoras, o seguirá dejando pasar oportunidades que ya están siendo capitalizadas por otros medios. El fútbol femenino mostró que la demanda existe y que el interés es real. La pregunta es si los canales estarán dispuestos a entenderlo a tiempo.